“Los fantasmas son reales. Los he visto toda mi vida.”
Hemos visto las altas y las bajas de la breve pero intensa filmografía de un director singular y atípico, que mezcla el cine de autor con las exigencias del modelo Hollywood, y esto nos ha permitido conocer a fondo las maneras de desenvolvimiento de Guillermo del Toro, quien nuevamente vuelve a la silla del director con La Cumbre Escarlata (Crimson Peak, 2015), un proyecto que nos recuerda producciones previas, en una cinta que retoma las lecturas de su niñez.
Dado el recorrido que hemos realizado sobre el cineasta tapatío, claramente tenemos dos vertientes. La primera, aquella que tienen un corte más personal y maduro (Cronos, El Espinazo del Diablo, Hellboy y El Laberinto del Fauno) y en segunda donde, en mayor o menor medida, se deja llevar por los modelos de la industria estadounidense (Mimic, Blade II, Hellboy II: The Golden Army y Pacific Rim). ¿En qué vertiente se encuentra entonces La Cumbre Escarlata?
Cabe aclarar que, quienes dejándose llevar por los trailers, deben comprender el, quizá ligero, error de mercadotecnia en ellos. La Cumbre Escarlata nos ha sido vendida como una cinta de terror, y no como una cinta de romance gótico. ¿Eso significa que es una mala película? Todo lo contrario, pero sí habrá personas que saldrán decepcionadas de la sala al no tener los sustos baratos a las cuales están acostumbrados a recibir, sobre todo por la época.
Siendo así, el relato que GDT hilvana junto a Matthew Robbins y Lucinda Coxon nos recuerda más a Edgar Allan Poe narrando Orgullo y Prejuicio o Jane Eyre. Como eje principal tenemos a la joven escritora Edith Cushing (Mia Wasikowska). Gracias a su padre, conoce a Sir Thomas Sharper (Tom Hiddleston), adinerado inglés que pronto comienza a cortejar a la joven. Cuando el padre de esta muere en circunstancias sospechosas, el joven se casa con ella y viajan juntos a Inglaterra, para vivir en la mansión junto a Lady Lucille Sharpe (Jessica Chastain), hermana de Sir Thomas.
El relato que se nos cuenta en los 119 minutos de metraje está claramente diferenciado, y ojo, bebe mucho de sus trabajos previos, en especial todo lo que atañe a los fantasmas y su retrato previo en El Espinazo del Diablo. Tenemos así un primer acto que toma su tiempo en arrancar, enfatizando la carga romántica del mismo; un segundo que fascina por la explosión de arte gótico y que por momentos nos recuerda a lo mejor de El Laberinto del Fauno; y un tercero que podemos predecir desde el inicio del segundo.
GDT no duda en hacer un ligero cambio de registro a lo que estamos habituados a ver. Como mencioné, el arranque posee la mayor carga romántica, y pese a ser la decepción inicial para algunos, es bastante eficiente en la construcción de la atmósfera, misma que será preponderante en el segundo acto. Es en estos momentos iniciales donde se nos irán dando las pistas que formaran el misterio hacia el final, mismo que nos es predicho desde que el personaje de Mia menciona a cierta autora.
Si algo ha dominado GDT en sus últimos cuatro trabajos es el dominio en su puesta en escena. Desde el principio la trama te atrapa gracias al poder de sus imágenes, trabajo notable entre el departamento de arte, que realmente te hacen sentir parte de la época -mucho se hablara sobre el personaje que La Mansión de los Sharper es en sí misma; mientras que la fotografía logra dar con el tono de la atmósfera en todo momento -incluso logrando que algunas de las tomas recuerden trabajos pictóricos de la época-.
La relación entre Sir Thomas y Editch, pese a ser algo apresurada y recordarnos por momentos a Elizabeth Bennet y Mr. Darcy *inserte suspiro por la pareja*, funciona gracias a la sinergia presente entre Tom Huddleston y Mia Wasikowska, pero son las escenas entre él y su hermana las que forman la principal atracción. Si alguien merece llevarse toda nuestra atención es sin duda la inefable Jessica Chastain, quien vuelve a crear un personaje memorable a su ya amplio repertorio de personajes memorables. Suyo es el tercer acto, donde hará gala del histrionismo que la caracteriza, mientras que en el resto del metraje será su carisma quien nos atrapará pesé a ser la mala de la función.
La Cumbre Escarlata es de lo mejor de Guillermo del Toro, acompañando al primer segmento de su filmografía (cintas de corte más personal y maduro). Una historia atractiva, enigmática, llena de misterio, suspenso, erotismo, pasión, sensualidad, fantasía, terror y tensión sexual. Un coctel digno de disfrutarse en la pantalla grande, y pese a no ser la obra maestra que no pocos esperaban de ella, es sin duda un magistral ejercicio de atmósfera y deleite visual a servicio de la narrativa. Solo espero dicho ejercicio cobre sus frutos para En Las Montañas de la Locura (se realizará cuando su momento llegue. Sí o sí)
El post La Cumbre Escarlata, Poe conoce a Jane Austen | Especial Guillermo del Toro [Reseña] aparece primero en Plusbits Mx.