No soy un bebé soy un tumor.
Tras el éxito creativo de Hellboy y El Laberinto del Fauno, a Guillermo del Toro se le ofrecieron infinidad de cintas que rechazó (entre ellas la sexta parte del joven aprendiz de mago de Hogwarts) para enfocarse en la hermana espiritual de su éxito del 2007: Hellboy II: El Ejército Dorado. Y a pesar del cambio de productora, el cineasta nos entrega una cinta que se aleja de lo que realizó en la primera parte para cumplir con los requisitos de una secuela: ser más grande, más aparatosa, y al menos sobre el papel, mejor.
Es una pena que el aclamado director decidiera trabajar en piloto automático al momento de dirigir esta segunda entrega. Retomando sus palabra, el objetivo está más centrado en el folclore y el aspecto de cuento de hadas de Hellboy. Ya no son nazis, máquinas y científicos locos sino dioses antiguos y personajes que fueron expulsados de nuestro mundo.
Como decía, sobre el papel Hellboy II: El Ejército Dorado tenía todo para resultar un espectáculo de primera categoría como lo fueron las dos cintas precedentes. La acción y el ritmo dotan de un enorme dinamismo, sin embargo, a pesar de ver incrementadas las características fantásticas del universo que Mike Mignola tiene en su cómic, la historia deja mucho a desear.
El prologo de la cinta nos introduce al Ejército Dorado, una fuerza devastadora creada con el único propósito de liberar a los elfos del bosque del yugo humano. Tan impresionante fue su poder que el Rey Élfico se vio obligado a formar una alianza con el Reino Humano y así evitar más masacres. Para ello, dividió su corona en tres y entregó una de sus partes a los hombres.
El Principe Nuala busca recuperar la gloria perdida de su reino y por ello inicia una travesía para cumplir este propósito. Es tarea de Hellboy y compañía eliminar esta amenaza y traer de nuevo un brillante día para la humanidad.
Esta segunda parte nos ofrece una versión mejorada de lo que nos ofreció con anterioridad. Las escenas de acción son brillantemente ejecutadas, hay buen ritmo, comedia sobretodo, así como también abundan criaturas paranormales donde casi pudiéramos ver al Fauno, en especial en la secuencia del Mercado Troll; todos geniales aderezos para una historia que en realidad no aporta nada. EN ningún momento sentimos el peligro que el Principe planea al liberar el Ejército, y las relaciones de los personajes flaquean en diversos puntos, incluso notando a Ron Pearlman y a Linda Blair aburridos con sus personajes, limitándose a hacer su piel y cobrar el cheque al final del mes.
Hellboy II: El Ejército Dorado no es una mala película, es el dulce envoltorio del recuerdo que genera el buen hacer del autor cuando esta al frente de una cinta a la que le hecha todas las ganas. Y aun así es una pena que no veamos a Hellboy como el portador del Apocalipsis en una tercera entrega.
Fuentes: Guillermo del Toro Cabinet of Curiosities: My Notebooks, Collections, and Other Obsessions Hardcover
by Guillermo Del Toro & Marc Zicree.Hellboy II- El Ejército Dorado, puente para la tercera | Especial Guillermo del Toro
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