“La evolución hace trampas”
Tras el éxito que supuso su primer filme, Guillermo del Toro recibió varias ofertas para dirigir en Hollywood (entre ellas la cuarta parte de Hellraiser), una situación que afortunados cineastas independientes viven tras su primer cinta. Mimic, es pues, el trabajo por el que decidió decantarse, y todo el “escándalo” que surgió en la producción de la misma es en ocasiones más interesante que la cinta que nos ocupa.
Guillermo del Toro nunca ocultó su desagrado por la versión estrenada en cines en aquel entonces. Las intromisiones de los Hermanos Weinstein, propietarios de Miramax, provocaron la desesperación del cineasta. Como él mismo señala, “la peor experiencia de mi vida, incluso peor que el secuestro de mi padre, fue rodar Mimic, porque lo que me estaba pasando a mí y a la película era mucho más ilógico que un secuestro, que es brutal, pero al menos existen ciertas reglas. Cuando recuerdo ahora Mimic, lo que veo es el dolor de una criatura increíblemente defectuosa que podría haber sido bella.” ¿Tan mala es la película, entonces?
La respuesta en sí no es tan fácil de detallar, pero afurtunadamente, Del Toro realizó un Director’s Cut, el cual es el mismo que tomaremos como base para el visitando de esta cinta.
Basada en el cuento homónimo de Donald A. Wollheim y estrenada en 1997, Mimic relata las consecuencias de una epidemia transmitida por las cucarachas en Nueva York. La doctora Susan Tyler (Mira Sorvino) y su marido (Jeremy Northam) dan el remedio para acabar con la plaga: Judas, un insecto modificado genéticamente a partir de otras dos especies y diseñado para ser estéril, poco longevo (120 días según pruebas de laboratorio) y remedio para exterminar a las cucarachas con sus secreciones sin amenaza para los humanos.
Como ya nos dijera Ian Malcolm cuatro años atrás, la vida se abre camino, y la Dra. Susan Tyler descubre cómo su insecto ha evolucionado mucho más allá de las limitaciones impuestas, superando altamente su longevidad, crear toda una colonia en el metro y lograr cierto mimetismo con sus presas, los humanos.
Sobre el papel Mimic tiene todo para funcionar como una cinta de terror con tintes de ciencia ficción, sin embargo, y como ya había comentado en el post anterior, Hollywood suele estar más preocupada por los billetes verdes a recaudar que por las intensiones artísticas con el director de turno. Guillermo del Toro terminó tan frustrado con esta situación que renunció a mitad de la producción, pero Mira Sorvino y Quentin Tarantino (uno de los niños mimados de los Weinstein) lograron convencer a director y productores de llevar a buen puerto la producción. Fue tal el descontento de Guillermo que desde entonces se ha rehusado a usar directores de segunda y tercera unidad (estos directores se encargan de realizar tomas donde no es necesaria la intervención del director principal), pues Harvey Weinstein los usaba para rodar escenas que él quería en contraposición a los deseos de Del Toro. *fun fact: uno de esos directores fue Robert Rodríguez*
Aún así, si en Cronos ya eran notorias, las aportaciones del director cobran mayor claridad aquí: los insectos, los relojes, los sitios oscuros y la belleza de lo grotesco están ahí, pero es cierto que la historia no le hace justicia a las imágenes. El ritmo cae en ocasiones, no tan pronunciadas como en su Ópera Prima, pero que acusan la perdida de la atención del espectador. La música, cortesía de Marco Beltrami, intensifica las escenas de terror, pero no logra ser del todo eficiente.
Sobre las criaturas, el misterio que las rodea al principio aumenta las expectativas en su look, pero es cierto que una vez mostradas al 100%, palidecen en cuanto a realización y maquillaje, luciendo poco realistas.
Mimic resulta ser, aún a pesar de contar con un Director’s Cut, un proyecto fallido. Una idea mal ejecutada. Algunos sustos gratuitos y notorias influencias de cierta criatura de Ridley Scott, con una escena final explosiva y feliz, personajes que tienen la misma profundidad emocional de una hoja de lechuga, y una trama que, a pesar de ser interesante su premisa inicial es mejor explotada en un capítulo de Los Simpson, es fácil comprender la incomodidad del cineasta cuando se le recuerda este breve traspiés en su carrera, mismo que, afortunadamente, logra superar con creces en la cinta que nos ocupa mañana.
Fuentes: Guillermo del Toro Cabinet of Curiosities: My Notebooks, Collections, and Other Obsessions Hardcover
by Guillermo Del Toro & Marc Zicree.
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